La luz de la luna bañaba
de plata
su reflejo en el agua
mientras cabalgaba.
El carmín de unos labios
teñía un pañuelo
prenda de amor,
de alguien que alguna vez
conoció.
La imagen se desdibujaba
ya no recordaba la cara
de su amada.
Largos años pasó de
campaña,
Y en el regreso no sabía
que le aguardaba.
¿Seguiría allí su
doncella amada?
Eventine era el nombre,
por el que él suspiraba.
Al en filar el camino de
regreso
una figura inmóvil
tras la bruma perfilaba.
No podía creer seguro
imaginaba y
sus ojos le engañaban.
Era su amada Eventine la
que aguardaba.