Melodía del mar, en el arduo
devenir de las olas. Sinfonía letal de la mítica nereida, resonando cual bella
partitura mortal; abrazando a aquellos incautos que se adentran sin miedo en
los océanos.
Y en la solitud de la arena, unos
pies descalzos dejan sus huellas mientras las almas terrenas, gimiendo se
lamentan.
Ya despunta el alba y los navíos regresan
a puerto.
Con una mano sobre el corazón mujeres,
ancianas y niños aguardan impacientes; suspiran casi conteniendo el aliento y deseando
esperanzados que sus plegarias fuesen escuchadas.
Ya arribaron las naos, observadas
a lo lejos por las hijas de Nereo; que portando sobre sus cabellos bellas y
hermosas flores ríen alegremente; nadando alborotadas, para decidir cuál es entre
ellas la más hermosa.