Cuando tus pasos te guían en la penumbra maldita
y los corazones marchitos cantan agónicamente,
los heraldos del desencanto te susurrarán
rimas oscuras sobre pasajes de deseos y avaricias.
No te pierdas en el bosque de ánimas tenebrosas.
No sucumbas a las dulces tentaciones.
Un oscurecido velo sobre tu marmórea piel
rodea tu espíritu ensombreciendo tu ya velada luz;
negra nocturnidad que barra tu camino,
recordándote el origen de tus ambiciones.
No te pierdas en el bosque de ánimas tenebrosas.
No sucumbas a las dulces tentaciones.
En las orillas de la laguna Estigia cientos, no, miles de incautos infelices recorrieron los tortuosos
senderos de una vida desviada;
quejumbrosas son sus voces para toda la eternidad,
emitiendo por siempre sordos lamentos que nadie puede escuchar.
No te pierdas en el bosque de ánimas tenebrosas.
No sucumbas a las dulces tentaciones.
Encuentra tu luz al final de la oscuridad
o una moneda de plata tendrás que pagar…
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