Hotel “NIGHT OF PASSION” Room 404 00:20
Sus dedos se deslizaban sinuosos recorriendo
el contorno de mi cuerpo. Se iban deteniendo en algunas zonas mientras sus labios
entreabiertos iban exhalando suspiros entrecortados.
Hacia una hora que permanecíamos allí
entrelazados exhaustos tras el desfogue de la pasión, pero aun demasiado excitados para poder dormirnos. Hacía muchos años que
nos amábamos, pero quizás por timidez o más bien por el miedo al rechazo no nos
habíamos atrevido a confesar lo que sentíamos el uno por el otro. Mas esta
noche algo había cambiado y mientras me acariciabas intentaba dilucidar cual
había sido el motivo que había propiciado ese cambio.
Mi nombre es
Nahia, no sé por qué mis padres me lo pusieron pero tú desde el primer
momento en que nos conocimos no parabas de recordarme que en Euskera
significaba “deseo” y te pasaste años
diciéndome que era un nombre muy adecuado para mi pues ese sentimiento era lo
que te despertaba al mirarme. Yo naturalmente me reía pues por lo poco que conocía
de ti sabia que te gustaba bromear con todas las mujeres, pero no contaba con
una cosa y era que tú te llamabas Eros; lógicamente entre el dios del amor y el
deseo no podían más que saltar chispas. Mas hicieron falta cuatro años para que
eso pasase. Y eso me conduce a cuatro horas atrás.
THE LARGE DIAMOND TRADING CENTER 21:00
Marina y yo habíamos pasado una tarde muy
entretenida yendo y viniendo por todo el centro comercial. ¿Qué quien es
Marina? Pues mi mejor amiga. Nos cocinamos prácticamente desde el jardín de
infancia y nos habíamos hecho inseparables tras compartir “la tableta de
chocolate” ¡Ja, ja, ja! que recuerdos aquellos… aun la veo con sus coletas y la
cara embadurnada de cacao.
Estábamos decidiendo donde ir a cenar para
rematar tan fabuloso día cuando note como unos brazos firmes que me rodeaban la
cintura. Di un respingo y le propine un codazo en las costillas al dueño de
esos brazos.
- No deberías tratar así al hombre con el que estas destinada a casarte.
Aquella voz me resultaba familiar. Me di la
vuelta y allí estabas tú tan guapo y tan perfecto como la divinidad que te daba
nombre. Porque será que los hombres de cabello largo siempre me habían atraído.
Intente componerme pues siempre que te veía
las piernas me temblaban como un flan y estoicamente te conteste. – Si no
fueras en plan pulpo abrazando a toda mujer que se te cruza, no te abría
golpeado.
- Pero mi amor, estas equivocada. Si quisiera perseguir a toda falda que
se me cruzase no estaría un sábado por la noche en un centro comercial. Me
abría ido de ligue a cualquiera de los Night clubs de moda del centro. Aquí veo
difícil el ponerme a ligar, no te parece.
-
Si claro y yo me lo creo. Tú no eres de los que compran en centros
comerciales, eso está claro con solo mírate. Eres la elegancia personificada.
¿Qué opinas Marina? ¿Marina…?
-
Si llamas a tu amiga hace rato que se ha marchado.
Maldita seas amiga
traidora, sabes lo que siento por este hombre y me dejas sola con él. Carraspee un poco antes de
preguntar – ¿Eros y en definitiva que te trae por aquí?
- Si te soy sincero Nahia lo que ha guiado hoy mis pasos hasta aquí…
Mejor te lo explico delante de una buena cena ¿te apetece?
IMPERIAL LOTUS FLOWER 21:15
Comida china… era indiscutible que teníamos gustos
similares y eso quedo patente durante toda la cena. Creo que jamás me había reído
tanto.
-
Y ahora que hemos alcanzado los postres que te parece si me cuentas el motivo por el
que te dejaste caer por un sitio tan
distinto a los lugares por los que sueles moverte.
-
Cariño no es obvio después de tanta cháchara; te buscaba a ti.
-
¿A mí?
-
¡Sí! Creo que llegado a este punto solo puedo ir por un camino y que
sepas que estoy muerto de miedo por si no sale bien.
-
No te comprendo…
-
Allá voy, salto mortal y sin red. Nahia estoy locamente enamorado de ti.
Hacía tres segundos me estaba riendo con un
chiste malo sobre Jirafas y ahora estaba
con una cucharadita de “fruta de la pasión” en la mano y cara de boba.
-
Nahia, Nahia…
No podía articular palabra y con la boca
abierta solo atine a balbucear un. Yo,
yo…
-
Ya veo que me equivocado revelándote mis sentimientos. Pero ya no podía
mas y se me hacia cuesta arriba cada vez que nos veíamos. Solo tenía una cosa
en mente todo este tiempo y era decírtelo. Pero veo que no sientes lo mismo,
siento haberte puesto en una situación incómoda.
Entonces hizo ademan de levantarse y fue
cuando reaccione. Un ruido fuerte y sonoro
se oyó al chocar la cucharita contra el plato de postre; la deje caer
antes de agarrarle del brazo por un instante y respirando agitadamente le dije sin más preámbulos
– Te amo.
Ahora era él que no podía articular palabras
y me miraba perplejo. Un segundo después
en su cara se pinto una sonrisa y recuperando esa seguridad de la que siempre
hacia gala. Alargo el brazo en lo que yo pensaba era un gesto de cogerme la
mano, pero no fue así cogió la cucharita de mi plato que aun contenía restos de
maracuyá y abstraído se lo llevo a los labios. Después mirándome fijamente se
levanto y acercándose hasta mi oído me susurro. - Ahora mi “deseo” voy a besarte pues llevo años
soñando con hacerlo y estoy seguro que tus labios serán más dulces que la fruta
de la pasión que acabo de probar.
Después de ese primer beso cargado de anhelos
y deseos todo fuer una vorágine de abrazos y más besos. Sin darnos cuenta y
solo guiados por nuestros instintos acabábamos en una habitación de hotel.
Hotel “NIGHT OF PASSION” Room 404 22:50
Casi no llegamos a tiempo pues de
camino desde el Hall hasta la habitación Eros me iba despojando de la ropa como
si fuese una margarita a la que se ha de desojar.
Recuerdo que al llegar mi dios
del amor había solicitado una suite y lanzado su documentación al recepcionista
del hotel casi sin mediar mas palabras pues no podía despegar sus labios de los
míos. Subimos varias plantas y a duras penas atinamos a meter la tarjeta en la
cerradura.
Pasaron dos horas hasta que pude fijarme
en lo maravillosa que era la suite; verdaderamente de lujo. Pero lo realmente importante era que nos habíamos amado
en aquella cama y tal y como sospechaba entre él y yo había surgido un fuego más
allá de la pasión. Tras saciar nuestros más
primitivos impulsos el fuego aun ardía con tanta vehemencia que había sido
imposible relajarse tras la culminación de nuestros deseos.
Y allí estábamos abrazados
mientras Eros seguía acariciándome y suspirando aun teniéndome entre sus
brazos. Yo le respondía besándole allí donde mis labios alcanzaban y poco a
poco nos dejamos llevar otra vez. Aunque en esta ocasión fuimos un poco más
despacio deleitándonos en compartir ese amor que durante tantos años habíamos reprimido
y al que por fin ahora dábamos rienda
suelta.
Hotel “NIGHT OF PASSION” Room 404 08:15
Desperté exhausta en aquella
lujosa cama completamente satisfecha y con una sonrisa en la cara. Me desperece estirándome y es ahí cuando note
que estaba sola pues al estirar los brazos me di cuenta que no había nadie con
migo ¿dónde estaba Eros? Me levante y envolviéndome
con la sabana fui a mirar al cuarto de baño.; no había nadie. La sensación de
soledad me abrumo y note poco a poco como las lágrimas subían hasta mis ojos.
Acaso todas las promesas hechas durante las horas nocturnas en el colchón eran banalidades
y futilezas para él. Como es posible que después de tanto “te quiero” se
marchara y me dejara aquí tirada. Suspire y decidí que lo mejor era ducharme e
irme. Nada lograba con quedarme en este lugar.
Deje caer la sabana, me metí en la ducha abriendo a tope el agua y deslizándome
debajo de la gran alcachofa esperando
que el gran torrente borrara el llanto
que pugnaba por salir. Y así estaba con los brazos apoyados en la pared y con
la cabeza bajo el agua cuando note esos brazos que se habían hecho ya tan
familiares fundiéndose con migo en un abrazo intimo. Grite sorprendida…
LE PETITE MOUSTACHE 12:15
Estábamos en el restaurante del
Hotel. Sé que era un poco tarde para desayunar pero eso es lo que tiene el haberse pasado
toda la mañana entretenidos en los menesteres del amor.
Hacia un buen rato que no parábamos de reírnos
como si fuéramos bobos, un camarero nos había explicado el porqué de tan
peculiar nombre para el restaurante. Se ve que hacía muchos años no se llamaba así
pero que le cambiaron el nombre a raíz de un incidente por los años veinte en
el que un cliente con un enorme bigote pidiera al metre de la casa un hombre
muy malhumorado que le encendiese un puro. Todo sucedió muy deprisa se ve que
cuando le fue a encender el habano el mechero estaba puesto en el máximo saliendo
una gran llamarada quemándole la mitad
del bigote y el metre nervioso no se le ocurrió
otra cosa que prenderle fuego a la parte del lado contrario. Otra clienta
asustada grito antes de desvanecerse. Oh
mon Dieu! Le petite moustache y de ahí venia el nombre “El pequeño bigote”
De repente a Eros le cambio la
cara y me miro fijamente. - Dime mi pequeño deseo, antes cuando estabas en la
ducha me lo pareció o estabas llorando.
Le mire perpleja pues no creí que
se hubiese dado cuenta. – Pensé que te habías marchado.
-
¡Cómo…! ¿Pero qué clase de tío crees que soy?
-
Yo no quería creerlo pero me habían dicho que tú
solías hacer estas cosas con las mujeres.
-
¿Qué clase de cosas?
-
Llevártelas a la cama y después dejarlas
tiradas.
-
¡Carai! Qué buena fama ¿y tú realmente después de
lo de anoche pensaste que era así?
-
No sabía que pensar cuando me desperté y vi que
no estabas. Perdóname yo…
-
Déjalo puede que la culpa sea mía pues nunca
hice nada para atajar esos rumores. ¿Quieres saber por qué no estaba?
-
No es necesario que me des más explicaciones.
-
Pero yo quiero. Cierra los ojos.
Apreté los parpados, muy excitada;
desde pequeña me ponían muy nerviosa las
sorpresas.
-
¡Ya! Abre los ojos.
Cuando los abrí vi a Eros arrodillado
frente a mí, en su mano había una cajita
con un anillo en forma de corazón y muchas piedrecitas incrustadas.
-
¿Quieres casarte con migo?
Me quede estupefacta ¿Qué se supone debía responder…?
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