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domingo, 19 de julio de 2015

Retazos VI: "CAFÉ AMARGO"

Una buena taza de café amargo era lo que me acababa de beber. Tus amargas palabras aun resonaban en mis oídos; esos que solo sabían estar atentos a tu persona. ¡No! no merecía el dolor que me causabas. 
Quizás debería salir ahí fuera en busca de un buen sobre de azúcar que endulzara mi café.
Ya hace mas de un mes de aquello y ahora eres tú el que desolado sorbe poco a poco el contenido de su amarescente tacita.

miércoles, 8 de julio de 2015

Retazos V (CANCIÓN DE LUNA)

Hubo un tiempo en que me sentí perdida lejos de tus brazos. Creí que el amor solo dependía de estar a tu lado y no me daba cuenta de que tu solo te amabas a ti mismo.

Yo era una princesa y tu un lobo solitario. Yo quería un castillo para poder amarnos, tú solo querías una cueva en lo alto de una montaña para perderte en soledad.

Hoy soy yo quien corre libre por el bosque aullándole a la luna la triste canción de un amor que no pudo ser y tu andas perdido en tu montaña creyendo haber hallado la felicidad oculta en sus tenebrosas cavernas.

miércoles, 1 de julio de 2015

Retazos IV (NAHIA Y EROS "Amor y deseo")


Hotel “NIGHT OF PASSION” Room 404 00:20


Sus dedos se deslizaban sinuosos recorriendo el contorno de mi cuerpo. Se iban deteniendo en algunas zonas mientras sus labios entreabiertos iban exhalando suspiros entrecortados.

Hacia una hora que permanecíamos allí entrelazados exhaustos tras el desfogue de la pasión,  pero aun demasiado excitados  para poder dormirnos. Hacía muchos años que nos amábamos, pero quizás por timidez o más bien por el miedo al rechazo no nos habíamos atrevido a confesar lo que sentíamos el uno por el otro. Mas esta noche algo había cambiado y mientras me acariciabas intentaba dilucidar cual había sido el motivo que había propiciado ese cambio.

Mi nombre es  Nahia, no sé por qué mis padres me lo pusieron pero tú desde el primer momento en que nos conocimos no parabas de recordarme que en Euskera significaba “deseo”  y te pasaste años diciéndome que era un nombre muy adecuado para mi pues ese sentimiento era lo que te despertaba al mirarme. Yo naturalmente me reía pues por lo poco que conocía de ti sabia que te gustaba bromear con todas las mujeres, pero no contaba con una cosa y era que tú te llamabas Eros; lógicamente entre el dios del amor y el deseo no podían más que saltar chispas. Mas hicieron falta cuatro años para que eso pasase. Y eso me conduce a cuatro horas atrás.

THE LARGE DIAMOND TRADING CENTER 21:00


Marina y yo habíamos pasado una tarde muy entretenida yendo y viniendo por todo el centro comercial. ¿Qué quien es Marina? Pues mi mejor amiga. Nos cocinamos prácticamente desde el jardín de infancia y nos habíamos hecho inseparables tras compartir “la tableta de chocolate” ¡Ja, ja, ja! que recuerdos aquellos… aun la veo con sus coletas y la cara embadurnada de cacao.
Estábamos decidiendo donde ir a cenar para rematar tan fabuloso día cuando note como unos brazos firmes que me rodeaban la cintura. Di un respingo y le propine un codazo en las costillas al dueño de esos brazos.

-          No deberías tratar así al hombre con el que estas destinada a casarte.

Aquella voz me resultaba familiar. Me di la vuelta y allí estabas tú tan guapo y tan perfecto como la divinidad que te daba nombre. Porque será que los hombres de cabello largo siempre me habían atraído.

Intente componerme pues siempre que te veía las piernas me temblaban como un flan y estoicamente te conteste. – Si no fueras en plan pulpo abrazando a toda mujer que se te cruza, no te abría golpeado.

-        Pero mi amor, estas equivocada. Si quisiera perseguir a toda falda que se me cruzase no estaría un sábado por la noche en un centro comercial. Me abría ido de ligue a cualquiera de los Night clubs de moda del centro. Aquí veo difícil el ponerme a ligar, no te parece.

-          Si claro y yo me lo creo. Tú no eres de los que compran en centros comerciales, eso está claro con solo mírate. Eres la elegancia personificada. ¿Qué opinas Marina? ¿Marina…?

-          Si llamas a tu amiga hace rato que se ha marchado.

Maldita seas amiga traidora, sabes lo que siento por este hombre y me dejas sola con él. Carraspee un poco antes de preguntar – ¿Eros y en definitiva que te trae por aquí?

-     Si te soy sincero Nahia lo que ha guiado hoy mis pasos hasta aquí… Mejor te lo explico delante de una buena cena ¿te apetece?

IMPERIAL LOTUS FLOWER  21:15


Comida china… era indiscutible que teníamos gustos similares y eso quedo patente durante toda la cena. Creo que jamás me había reído tanto.

-          Y ahora que hemos alcanzado los postres  que te parece si me cuentas el motivo por el que  te dejaste caer por un sitio tan distinto a los lugares por los que sueles moverte.

-          Cariño no es  obvio  después de tanta cháchara; te buscaba a ti.

-          ¿A mí?

-          ¡Sí! Creo que llegado a este punto solo puedo ir por un camino y que sepas que estoy muerto de miedo por si no sale bien.

-          No te comprendo…

-          Allá voy, salto mortal y sin red.  Nahia estoy locamente enamorado de ti.

Hacía tres segundos me estaba riendo con un chiste malo sobre Jirafas  y ahora estaba con una cucharadita de “fruta de la pasión” en la mano y cara de boba.

-          Nahia, Nahia…

No podía articular palabra y con la boca abierta solo atine a balbucear  un. Yo, yo…

-          Ya veo que me equivocado revelándote mis sentimientos. Pero ya no podía mas y se me hacia cuesta arriba cada vez que nos veíamos. Solo tenía una cosa en mente todo este tiempo y era decírtelo. Pero veo que no sientes lo mismo, siento haberte puesto en una situación incómoda.

 Entonces hizo ademan de levantarse y fue cuando reaccione.  Un ruido fuerte y sonoro se oyó al chocar la cucharita contra el plato de postre;  la deje caer  antes de agarrarle del brazo por un instante y  respirando agitadamente le dije sin más preámbulos – Te amo.

Ahora era él que no podía articular palabras y me miraba perplejo.  Un segundo después en su cara se pinto una sonrisa y recuperando esa seguridad de la que siempre hacia gala. Alargo el brazo en lo que yo pensaba era un gesto de cogerme la mano, pero no fue así cogió la cucharita de mi plato que aun contenía restos de maracuyá y abstraído se lo llevo a los labios. Después mirándome fijamente se levanto y  acercándose hasta mi oído  me susurro. -  Ahora mi “deseo” voy a besarte pues llevo años soñando con hacerlo y estoy seguro que tus labios serán más dulces que la fruta de la pasión que acabo de probar.

Después de ese primer beso cargado de anhelos y deseos todo fuer una vorágine de abrazos y más besos. Sin darnos cuenta y solo guiados por nuestros instintos acabábamos en una habitación de hotel.

Hotel “NIGHT OF PASSION” Room 404 22:50


Casi no llegamos a tiempo pues de camino desde el Hall hasta la habitación Eros me iba despojando de la ropa como si fuese una margarita a la que se ha de desojar.  

Recuerdo que al llegar mi dios del amor había solicitado una suite y lanzado su documentación al recepcionista del hotel casi sin mediar mas palabras pues no podía despegar sus labios de los míos. Subimos varias plantas y a duras penas atinamos a meter la tarjeta en la cerradura.

Pasaron dos horas hasta que pude fijarme en lo maravillosa que era la suite; verdaderamente de lujo. Pero lo  realmente importante era que nos habíamos amado en aquella cama y tal y como sospechaba entre él y yo había surgido un fuego más allá de la pasión.  Tras saciar nuestros más primitivos impulsos el fuego aun ardía con tanta vehemencia que había sido imposible relajarse tras la culminación de nuestros deseos.

Y allí estábamos abrazados mientras Eros seguía acariciándome y suspirando aun teniéndome entre sus brazos. Yo le respondía besándole allí donde mis labios alcanzaban y poco a poco nos dejamos llevar otra vez. Aunque en esta ocasión fuimos un poco más despacio deleitándonos en compartir ese amor que durante tantos años habíamos reprimido y  al que por fin ahora dábamos rienda suelta.

Hotel “NIGHT OF PASSION” Room 404 08:15


Desperté exhausta en aquella lujosa cama completamente satisfecha y con una sonrisa en la cara.  Me desperece estirándome y es ahí cuando note que estaba sola pues al estirar los brazos me di cuenta que no había nadie con migo ¿dónde estaba Eros?  Me levante y envolviéndome con la sabana fui a mirar al cuarto de baño.; no había nadie. La sensación de soledad me abrumo y note poco a poco como las lágrimas subían hasta mis ojos. Acaso todas las promesas hechas durante las horas nocturnas en el colchón eran banalidades y futilezas para él. Como es posible que después de tanto “te quiero” se marchara y me dejara aquí tirada. Suspire y decidí que lo mejor era ducharme e irme. Nada lograba con quedarme en este lugar.

Deje caer la sabana,  me metí en la ducha abriendo a tope el agua y deslizándome  debajo de la gran alcachofa esperando que el gran torrente borrara el  llanto que pugnaba por salir. Y así estaba con los brazos apoyados en la pared y con la cabeza bajo el agua cuando note esos brazos que se habían hecho ya tan familiares fundiéndose con migo en un abrazo intimo. Grite sorprendida…


LE  PETITE MOUSTACHE 12:15


Estábamos en el restaurante del Hotel. Sé que era un poco tarde para desayunar  pero eso es lo que tiene el haberse pasado toda la mañana entretenidos en los menesteres del amor.

Hacia un buen rato que no parábamos de reírnos como si fuéramos bobos, un camarero nos había explicado el porqué de tan peculiar nombre para el restaurante. Se ve que hacía muchos años no se llamaba así pero que le cambiaron el nombre a raíz de un incidente por los años veinte en el que un cliente con un enorme bigote pidiera al metre de la casa un hombre muy malhumorado que le encendiese un puro. Todo sucedió muy deprisa se ve que cuando le fue a encender el habano el mechero estaba puesto en el máximo saliendo una gran llamarada  quemándole la mitad del bigote y el metre nervioso  no se le ocurrió otra cosa que prenderle fuego a la parte del lado contrario. Otra clienta asustada grito antes de desvanecerse. Oh mon Dieu! Le petite moustache y de ahí venia el nombre “El pequeño bigote”

De repente a Eros le cambio la cara y me miro fijamente. - Dime mi pequeño deseo, antes cuando estabas en la ducha me lo pareció o estabas llorando.

Le mire perpleja pues no creí que se hubiese dado cuenta. – Pensé que te habías marchado.

-          ¡Cómo…! ¿Pero qué clase de tío crees que soy?

-          Yo no quería creerlo pero me habían dicho que tú solías hacer estas cosas con las mujeres.

-          ¿Qué clase de cosas?

-          Llevártelas a la cama y después dejarlas tiradas.

-          ¡Carai! Qué buena fama ¿y tú realmente después de lo de anoche pensaste que era así?

-          No sabía que pensar cuando me desperté y vi que no estabas. Perdóname yo…

-          Déjalo puede que la culpa sea mía pues nunca hice nada para atajar esos rumores. ¿Quieres saber por qué no estaba?

-          No es necesario que me des más explicaciones.

-          Pero yo quiero. Cierra los ojos.

Apreté los parpados,  muy  excitada;  desde pequeña me ponían muy nerviosa las sorpresas.

-          ¡Ya! Abre los ojos.

Cuando los abrí vi a Eros arrodillado frente a mí,  en su mano había una cajita con un anillo en forma de corazón y muchas piedrecitas incrustadas.

-          ¿Quieres casarte con migo?

Me quede estupefacta  ¿Qué se supone debía responder…?